Después del baño, estábamos todos sentados alrededor de una de esas mesas redondas, de hormigón, bajo el techado de las ramas de eucaliptus que cubrían la terraza de la "Caseta Dolores", al borde del pantano, en cuya orilla, las olas nos salpicaba las piernas.
Nos gustaba alargar las tardes porque nos sorprendía la noche dibujando en la lámina de agua el reflejo de la luna...
1 comentario:
Bienvenido a mi blog.
Espero que te resulte atractivo a la vista e incite a tu imaginación...
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