Ayer, día 15 de diciembre, he vivido una esperiencia inolvidable. He convivido con un grupo de personas, muy numeroso, que no conocía de nada. Había una persona que nos convocó a todos, sí, era el enlace, el motivo, la escusa, pero los demás no nos conocíamos. Es verdad que frecuentábamos la misma "plaza" de vez en cuando, pero cada uno iva por su lado. Ahora, después de sentir la necesidad primitiva de relación, de socialización, hemos hecho un ejercicio social importante, hemos conseguido convivir y hemos sentado las bases, en forma de propósitos, que nos augura una larga amistad, (la semilla está sembrada).
Y convivir no es solo vivir juntos. Convivir es compartir ideas, tendencias, religiones, etc. de los otros. Y es esto lo que nos está tocando vivir. La interculturalidad que emana de los movimientos migratorios que se producen en nuestro planeta no debe ser una barrera para buscar la integración de todos los seres humanos, desde sus diversidades personales, en pro de la sociedad multicultural que aprovechará todo lo bueno de cada cultura para que la tuya propia prospere y evolucione.
Tenemos derecho a No ser iguales. Tenemos derecho a la diversidad.
Me gustaría completar mi pensamiento con vuestros comentarios sobre este tema.
¡Feliz Navidad!
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