Al no ser por el alma y por la melena
de sus vecinos no se distinguiría;
su oficio es retorcerle el cuello a la pena
y abrir una ventana a la fantasía.
(J. Sabina)
de sus vecinos no se distinguiría;
su oficio es retorcerle el cuello a la pena
y abrir una ventana a la fantasía.
(J. Sabina)
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