Esta vez si. Estamos exultantes de orgullo y felicidad. Nos reunimos como con el partido de Italia, cuatro matrimonios amigos, unos bañitos, por dentro y por fuera, buena comida y a las 20'30, todos ante la televisión y a las 10'45, todos en la calle, brindando con cava y ondeando las banderas de España al viento, ¡¡somos campeones de Europa de fútbol!!
Yo también soy futbolero y futbolista, pero si tengo que resaltar algo es el movimiento sociológico que se ha producido. La gente formó esa caravana inmensa que, como un inexcusable ritual, realiza su recorrido por las calles de los pueblos y ciudades pitando, "todos juntos una vez", el grito y los cánticos eran los mismos, la gente quiere estar unida, es eso lo que demanda el instinto humano, unión, compañerismo, cooperación..., lo que ocurre es que, con demasiada frecuencia, la inercia nos separa, los equipos de fútbol, los partidos políticos, las preferencias musicales... Con exagerada asiduidad tomamos decisiones propias de esa inercia social negativa que no son coherentes con los principios humanos.
Pero el domingo, 29 de junio de 2008, los sueños se han echo realidad, por una parte España ganó la final y, por otra, todos nos pusimos la camisa roja para apoyarlo, al unísono.
Se ha demostrado que podíamos ganar la eurocopa de naciones; por lo que también hay que demostrar que podemos ponernos de acuerdo, luego... prodiguémonos más amenudo.
¡¡ENHORABUENA A TOD@S!!