jueves, 13 de junio de 2013

POSTER...

…El escalofrío que recorrió mi cuerpo, al sujetar tu cintura y atraerte hacia mí, aumentó cuando me ofreciste la mano y te la cogí, porque comencé a pensar que no nos compenetraríamos como pareja de baile ya que nunca habíamos bailado estas canciones; pero me sorprendía con cada paso que dábamos y empecé a sentir una sensación de bienestar placentero que difuminaba cualquier otro sentimiento arraigado a la inseguridad y el ridículo.

Durante mucho tiempo había pensado que con el tango nos entenderíamos y era, precisamente ese deseo imaginado, lo que estaba viviendo en ese instante, moviéndonos al unísono, al compás de las notas de acordeón que salían del equipo que la profesora había dispuesto...